No me interesa hablar sobre el hábito de la lectura como tal, para eso ya hay muchas referencias como el INEGI o CONACULTA, aquí me quiero enfocar en detalles más simples, en una mala práctica que arrasa parejo, no respeta religión, estatus económico, educación, sexo ni edad.
En varias ocasiones, después de enviar un correo con alguna instrucción o procedimiento, recibo uno de gracias y casi de inmediato uno preguntando por algo, por algo que está allí a 2 renglones del – Hola buenos días -, o me preguntan ¿donde se baja? o ¿dónde está el link?, y con la pena les contesto: abajo de donde dice -Aquí el link para descargar-, esto es en serio, y es serio.
Es impresionante el porcentaje de correos que recibo con ese tipo de dudas o preguntas, pero lo que llama más mi atención es, ver que hay de todo: licenciados, arquitectos, ingenieros, médicos, entre otros.
Estoy conciente que esto del internet y los correos, no es para todos (como a mi el Inglés, la guitarra, el baile, entre otras prácticas) pero es una herramienta que ya forma parte de nuestras actividades diarias, Hotmail (de los primero servicios de correo) ya tiene más de 15 años que vio la luz (¡por el amor de dios!), así que no estoy hablando de algo novedoso o una herramienta nueva. Además, en estos tiempos de Facebook y Twitter, donde la mayoría sabe compartir un video, subir una imagen, agregar una nota de su sitio favorito, ya no es excusa el clásico:
“es que eso de los correos y sistemas informáticos, no se me da”
Después de analizar incluso de hacer algunos experimentos, he llegado a la conclusión que esto no es por falta de información, forma de redacción, o conocimiento “Técnico” es el hecho de saber que alguien lo puede hacer por ti, saber que alguien te puede evitar leer más de 3 o 4 renglones.
Si pasaste del renglón tres y llegaste hasta aquí te lo agradezco de corazón.
Fuente de imagen: http://www.gandhi.com.mx
Leave a Reply